A mediados del siglo XVIII en las calles de Londres había mucha delincuencia. Un montón de personas abandonadas a su suerte intentaban sobrevivir al margen de la ley cometiendo pequeños robos y asaltos y el crimen organizado campaba a sus anchas. No había un cuerpo de policía establecido, y el orden era mantenido por los parish constables, unos vigilantes contratados por los municipios. La justicia pagaba por la captura de delincuentes y había cazarrecompensas profesionales (muy, muy corruptos).
Sir John Fielding por Nathaniel Hone. National Portrait Gallery, dominio público. |
La ciudad estaba creciendo a un ritmo nunca visto y los problemas de seguridad pública también.
La justicia en primera instancia se ejercía desde las Magistrates Courts, unos tribunales presididos por un magistrado nombrado por el Lord Chief of Justice, que se limitaban a poner multas, imponer pequeñas penas de cárcel o enviar a los encausados al tribunal penal de Old Bailey en Newgate.
En 1747 un nuevo magistrado es nombrado para el juzgado de Bow Street: Henry Fielding. Este famoso escritor resultó ser un reformista social y empezó a preocuparse por los motivos de los delitos, abogando por la prohibición de la ginebra y la creación de un fondo para combatir la pobreza. No duró mucho en el cargo, murió en 1754, pero le sucedió su hermano John que continuó con su tarea de reforma social.
Edificio de la Bow Street Magistrates Court, ahora un hotel |
Poco a poco John Fielding fue convirtiendo un pequeño juzgado en modelo para toda Inglaterra.
Una de las reformas más exitosas fue la creación de una policía
organizada. Hasta entonces se habían usado cazarrecompensas, y en caso
de problemas graves se llamaba al ejército.
John Fielding, que era ciego desde los 19 años debido a un accidente, se encargó de mejorar el grupo de alguaciles del que disponía el juzgado y lo convirtió en un auténtico cuerpo de policía, conocido como los Bow Street Runners. Entre otras mejoras les dotó de un uniforme rojo distintivo y creó un grupo que patrullaban a caballo. También empezó a editar un boletín de la policía, que describía los criminales y animaba a los ciudadanos a colaborar con la justicia en su detención.
Cuando a principios del siglo XIX Sir Robert Peel crea Scotland Yard, el modelo a seguir fue el de los Bow Street Runners.
Entrada al nuevo Bow Street Police Museum |
En la remodelación de la administración de justicia que se llevó a cabo en Inglaterra a principios del siglo XXI, la Bow Street Magistrates Court fue cerrada. Su edificio, protegido por su interés histórico, fue vendido y ha sido convertido en un hotel. En una pequeña parte del inmueble se ha construido un museo en conmemoración a los Bow Street Runners y la Magistrates Court. Lo más interesante de la visita es entrar en las celdas que se mantienen tal y como eran en la década de 1970.
Y ahora, lo más lúdico. Hay una serie de novelas escritas por Bruce Alexander Cook a partir de 1994, que transcurren en la Bow Street Magistrates Court de la segunda mitad del siglo XVIII. Uno de los personajes principales es Sir John Fielding, y en sus páginas aparecen otros famosos contemporáneos como Samuel Johnson o David Garrick. La ambientación histórica es magnífica y las tramas de las novelas muy bien construidas. Lamentablemente, están descatalogadas tanto en español como en inglés, pero con un poco de maña se pueden conseguir. Por si quieren intentarlo, el primer libro de la serie se titula, en español, Justicia ciega.
Qué ver cerca:
- Freemasons Hall
- Neal's Yard, donde los Monty Phyton tenían sus oficinas.
- Goodwin's Court, localización de una de las peliculas de Harry Potter.
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