The London Silver Vaults


En 1876 se inaugura en Chancery Lane un negocio de alquiler de cajas de seguridad. Ocupaba (y todavía ocupa) una planta subterránea del edificio situado en los números 53 a 64 de la calle. Es sus orígenes estaba destinado a pequeños comerciantes que necesitaban almacenar mercancías valiosas, así como a particulares que las usaban para guardar de forma segura sus objetos de plata, joyas y documentos. Encontraron una gran cantidad de clientes en la cercana calle Hatton Garden, que entonces era la zona de las tiendas de plata en Londres.

Creemos que el sitio se eligió por su proximidad a la sede de la Public Records Office, conocida como "la caja fuerte del imperio" y que daba imagen de solidez y seguridad.



Durante la II guerra mundial, el edificio sufrió el impacto directo de una bomba alemana, quedando totalmente destruido. El sótano donde se encuentran las cámaras acorazadas no sufrió ningún daño: sus muros de hormigón de más de un metro de espesor reforzados con acero se mantuvieron intactos. Otra prueba de su seguridad es que nunca han sido robados.

Tras la guerra el edificio destruido se comienza a reconstruir. Durante la elaboración del proyecto, los joyeros proponen que las cámaras acorazadas se adapten para alojar sus tiendas, y es aceptado por los propietarios.  En 1953 se terminan las obras del nuevo edificio levantado sobre el sótano intacto, con éste convertido en una especie de galería comercial monotemática, tal y como podemos verlo en la actualidad.

The London Silver Vaults fue una gran atracción en los años 50 y 60. Se convirtió en un lugar de moda donde los pudientes adquirían los objetos de plata que les daban relumbrón.


Curiosidad: Circula la historia de que durante la época como cámaras de seguridad, una persona contrató una de ellas para guardar un farthing (moneda de un valor de un cuarto de penique). Durante el tiempo que la tuvo alquilada, le costó más de £100 (unas 100.000 veces el valor de la moneda).

En la actualidad hay unas 30 tiendas, alojadas en una o varias de las cámaras acorazadas. Cada una de ellas ha pertenecido a la misma familia por lo menos durante los últimos 50 años. Conservan la estructura original, con puertas de acero de seguridad bastante impresionantes. La más llamativa es la de acceso al sótano, que debe tener como medio metro de espesor.

Si les apetece hacer una visita, abre de lunes a viernes de 9:00 a 17:30 y los sábados de 9:00 a 13:00. En la puerta hay un guarda de seguridad con cara de perro que les pedirá que le muestre el contenido de sus bolsos. En las tiendas pueden encontrar cualquier cosa que se les ocurra hecha en plata, desde auténticas cuberterías antiguas y preciosa joyería hasta fundas para mecheros BIC y memorias USB.

No dejan hacer fotos.


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