Ríos de Londres

 

Intentaremos no hacer spoiler, pero no podemos prometer nada ...

Ríos de Londres es el título de la primera novela de la serie del mismo nombre escrita por Ben Aaronovitch. Es una mezcla entre novela policíaca, urbana y fantástica.


Algunos de los títulos de la saga

 

Ben Aaronovitch es un enamorado de Londres, la ciudad es un personaje más en sus novelas. Si a esto le sumamos que la literatura fantástica es lo suyo (fue guionista de Dr. Who y librero en la sucursal de Waterstones de Covent Garden) nos podemos hacer una idea de por donde van las tramas de la serie.

La historia de Londres aparece constantemente en las novelas, desde el Londinium romano, pasando por la City de la edad media y, sobre todo, de la época victoriana. La arquitectura también juega un papel importante: el autor aprovecha cualquier oportunidad para situar la acción en alguno de los edificios emblemáticos londinenses o para darnos una pequeña lección de urbanismo.


St. Paul's Church en Covent Garden. Aquí empieza todo.


Y por supuesto, los ríos. No solo el Támesis sino todos los afluentes que recorrían Londres y que han ido soterrándose durante los últimos siglos son auténticos personajes de las novelas. Aunque las historias son autoconclusivas siempre deja flecos pendientes para continuar en el siguiente libro. Es conveniente leerlos en orden de publicación.

Los cuatro primeros libros de la serie están traducidos al castellano. En inglés de momento hay publicados nueve, mas cuatro cómics y una recopilación de historias cortas que saldrá a finales de este mes. Los productores de Shaun of the dead han comprado los derechos y quieren hacer una serie de televisión aunque todavía no se sabe nada del proyecto.


Covent Garden mojado, pero en pie.

Si quieren saber más acerca de la serie Ríos de Londres hay una wiki hecha por los fans (en inglés). No podía ser de otra manera, las historias tienen todo lo necesario para enganchar a todo friki que se ponga cerca. Y si abren la página recuerden que folly en inglés no tiene nada que ver con el sexo.


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