Velázquez en Londres

Diego Rodríguez de Silva y Velázquez (o Velascues, como dicen por aquí), que sepamos, nunca estuvo en Londres. Pero parte de su obra sí, así que vamos a hacerle una pequeña visita.


La venus del espejo, The toilet of Venus o Rokeby Venus, de todas estas formas se conoce este cuadro


El primer sitio que visitaremos será la Wallace Collection. En la Great Gallery podemos ver uno de los varios retratos que hizo al príncipe Baltasar Carlos; no es el famoso en el que está a caballo, sino este:


El príncipe Baltasar Carlos a los tres añitos


También en la Wallace Collection encontramos La dama del abanico, una enigmática pintura de la que se desconoce el nombre de la modelo. 


La señora X con su abanico


En la Wallace Collection hay varias obras atribuidas al taller de Velázquez y copias de sus obras, pero como hemos venido a por setas y no a por Rolex, nos vamos a la National Gallery.


Velázquez en la sala 30 de la National Gallery

La National Gallery tiene nueve obras de Velázquez. La última vez que hemos estado allí, solo había ocho en exposición porque Felipe IV en la cacería de jabalíes estaba en préstamo.

En este museo hay dos obras que destacan sobre las demás: Felipe IV de castaño y plata y, por supuesto, La venus del espejo.


Felipe IV de castaño y plata, uno de los pocos cuadros que tienen la firma de Velázquez

El cuadro de la imagen anterior, como muchos otros de Velázquez, fue saqueado por las tropas napoleónicas durante la invasión de la península ibérica a principios del siglo XIX. Tras pasar por varias colecciones de la nobleza francesa e inglesa, en 1882 fue adquirido por la National Gallery.


Y la otra maravilla que encontramos en esta pinacoteca es La venus del espejo, un controvertido cuadro en el que aparece un desnudo femenino cuando era tabú en España. La historia del cuadro refleja que también pasó por varias colecciones privadas, entre ellas la de la Casa de Alba y la del Conde Duque de Olivares, que la mantenían lejos de la mirada públicas. 

También fue robada durante las guerras napoleónicas y en 1906 se compró a un coleccionista privado británico y pasó a formar parte de los fondos de la National Gallery.


Espalda de Venus. Si amplían la imagen pueden apreciar los cortes a pesar de la minuciosa restauración.


En 1914, en pleno auge de las protestas de las sufragistas y un día después de la detención de su líder Emelinne Pankhurst, una de sus activistas atacó con un hacha de carnicero el cuadro. Le causó grandes daños pero fue restaurado con gran delicadeza y en la actualidad apenas se nota la intervención.

El nombre de la activista era Mary Richardson. En un principio podemos sentirnos inclinados a ser comprensivos, porque aunque el ataque a una obra de arte es totalmente reprobable, el movimiento sufragista luchaba sin duda por una causa justa. Pero cuando se indaga en su biografía y se descubre que unos años más tarde fue un alto cargo de la BUF (British Union of Fascists) se llega a la conclusión de que la señora estaba como una puñetera cabra y que la tenían que haber dejado en la cárcel hasta que el mismo Velázquez hubiera pedido que la sacaran.

 

¡Qué desastre!

 

En Apsley House hay otras cuatro obras de Velázquez, pero desafortunadamente no esta permitido hacer fotografías.

Los cuadros de Apsley House eran parte de la colección del Duque de Wellington. Durante las guerras napoleónicas y tras la batalla de Vitoria, el rey José I huyó a Francia llevándose con él un gran botín en forma de obras de arte. Viendo que su captura era más que probable, abandona todo su equipaje y escapa a caballo. Las tropas del general británico las recuperan y las llevan a Inglaterra, desde donde se ofrece su devolución al rey Fernando VII. El rey "mastuerzo" (Concostrina dixit) decide regalárselas a Wellington en pago por sus servicios: más de noventa pinturas de Velázquez, Brueghel el viejo, Ribera, Murillo, Van Dick o Tiziano son parte desde entonces del patrimonio británico.



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