Estamos en la City en 1952. En un amplio solar situado entre Cannon Street y Queen Victoria Street se están demoliendo algunos edificios (algunos de ellos dañados por los bombardeos alemanes) para la construcción de un bloque de catorce pisos de oficinas. El lugar está en lo que siglos atrás era la orilla este del Walbrook, un río desaparecido que había sido de gran importancia en la Londres romana.
Mientras se están retirando los escombros aparecen los restos de un edificio que parece muy antiguo.
Restos del antiguo templo de Mitra |
El descubrimiento pasó sin pena ni gloria hasta que en 1954 (tras haber extraído con maquinaria el 80% del suelo) se autoriza al Museo de Londres a realizar unas excavaciones arqueológicas.
Inicialmente se pensó que se trataba de una primitiva iglesia cristiana pero, cuando comenzaron a aflorar restos de estatuas y otros objetos, quedó claro que no era así. En los últimos días de la excavación apareció la cabeza de una escultura de Mitra con su característico gorro frigio, lo que confirmó que el lugar había sido un templo romano.
Pronto se llegó a la conclusión de que otras piezas arqueológicas encontradas cerca del lugar en 1889 también pertenecían al templo.
Algunos de los objetos encontrados durante la excavación de 1954, en el antiguo Museum of London |
El culto a Mitra provenía de oriente y tuvo gran aceptación en el mundo Romano entre los siglos I y III de nuestra era, especialmente entre los legionarios, funcionarios y mercaderes. Sus seguidores, exclusivamente masculinos, tenían que pasar por una ceremonia de iniciación antes de ser admitidos. Se la consideraba una religión competidora del cristianismo.
Desapareció rápidamente tras ser declarada ilegal por Teodosio, junto con el resto de religiones paganas, a finales del siglo IV.
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Pequeña exposición de objetos en la entrada del Mithraeum |
Tras la explicación, volvemos a 1954.
La noticia saltó a los periódicos, que la definieron como "el mayor hallazgo arqueológico del siglo XX" y "comparable a Pompeya". Como ven, el sensacionalismo no es nada nuevo. La curiosidad del público hizo que se tuvieran que organizar visitas a la excavación. Hemos leído que cerca de 400.000 personas se acercaron a la obra para contemplar las ruinas, con colas de hasta dos horas.
Ante la popularidad del descubrimiento, la empresa constructora (no hemos encontrado el nombre) se ve obligada a confirmar que desmontará los restos del edificio y los conservará. Han aparecido cartas en los archivos de la compañía reconociendo que tener que hacerlo era un gran inconveniente y que no se iban a preocupar mucho. La falta de control fue tal que algunos de los objetos que forman parte de los fondos del Museo de Londres fueron comprados en un pub cercano a obreros que trabajaban en el sitio.
Lo que queda del edificio es desmontado y trasladado a un almacén. En una inspección realizada por el museo tiempo después se detecta que han desaparecido parte de los materiales (por ejemplo, las columnas) y lo que queda no ha sido numerado ni catalogado y se encuentra en un estado lamentable, amontonado sin ningún orden y cubierto de maleza.
En 1962 se "reconstruye" lo que queda del templo a unos cien metros del lugar del hallazgo. Las comillas son porque se utilizaron piedras y otros materiales que no provenían del templo original, y además fueron unidas con cemento. Las quejas del Museo de Londres no se hicieron esperar: por lo visto, habían asesorado a la constructora acerca de cómo ensamblar las piezas pero les importó un pimiento.
El nuevo edificio, con una obra en bronce de Cristina Iglesias que recuerda el Walbrook |
En 2010 Bloomberg compra los terrenos para construir sus oficinas para Europa. Como parte del permiso para levantar el edificio diseñado por Foster+Partners, la City le obliga a mantener los restos del Mitreo (y a hacer una entrada nueva para la estación de Bank, pero eso es otra historia...). Lo que queda del templo es trasladado y ensamblado (esta vez haciendo caso a los arqueólogos) en un espacio construido a propósito para contenerlos, muy cerca de su ubicación original y a siete metros bajo el nivel del suelo.
London Mithraeum puede visitarse gratuitamente de martes a domingo. Tiene una pequeña exposición de objetos encontrados durante la excavación, unos monitores y paneles con la historia del culto a Mitra y finalmente, los restos del templo, con un montaje de luz y sonido que interpreta como era el lugar a finales del siglo III. En la entrada está el Bloomberg Space, una sala con exposiciones temporales de arte contemporáneo.
Más imágenes de London Mithraeum en la cuenta de Google fotos de Londres Avanzado.
Qué ver cerca:
- Varias sedes de las Livery Companies
- Un llamativo edificio de oficinas de los 70
- El mosaico de Queenhithe
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